Para el año 2030 se estima que nuestro país tendrá 3.5 millones más de habitantes, se proyectan 1.5 millones de nuevos hogares y 40 millones de m2 construidos.
Pucón, con sus atractivos naturales y culturales, ha sido un destino para aquellas personas que buscan una mejor calidad de vida. Es una de las comunas que muestra el crecimiento poblacional más grande de Chile, situación que se ha visto aumentada desde que comenzó la pandemia. Este crecimiento ha traído un fuerte desarrollo inmobiliario.
El sector de la construcción es el mayor consumidor mundial de materias primas, extrayendo recursos naturales no renovables y generando entre el 25 y 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo y el 35% de los residuos. Por cada 3 m2 construidos se genera 1 m3 de escombros, es decir un edificio de tres pisos genera un piso adicional de residuos.
Los residuos de la construcción y demolición (RCD), por ley deben ser dispuestos en lugares autorizados para esto. Quién encargue el transporte, o disponga residuos en sitios eriazos, vertederos o depósitos clandestinos o ilegales, o en los bienes nacionales de uso público, debe ser sancionado. El ministerio de salud y los municipios son los entes encargados de fiscalizar que los generadores demuestren la trazabilidad de los escombros.
Dada la magnitud del impacto que genera la construcción es que urge un cambio de paradigma desde el modelo de producción lineal, donde se extrae, fabrica, usa y bota, al modelo de economía circular, donde los residuos de una actividad se incorporan en el ciclo de vida de este o de otros proyectos.
El residuo es un indicador de la productividad de una obra. Menos residuos reflejan un uso eficiente de los materiales. La gestión de residuos busca primero minimizar la cantidad de residuos que se generan dentro de un proyecto, luego reutilizar materiales dentro de la misma obra, segregar en origen para valorizar, y, por último la disposición final en lugares autorizados. Haciendo gestión minimizamos el impacto ambiental de la construcción y mejoramos la productividad.
La mayoría de las constructoras hoy ven la gestión de escombros como un problema que no pueden enfrentar e incompatible con el objetivo de construir. La motivación por implementar la gestión sólo nace de personas que creen en lo que les planteamos.
En Pucón y Villarrica encontramos escombros en sitios eriazos, quebradas, orilla de lago y ríos, y pozos abandonados de donde se extrajeron áridos. No existe una fiscalización permanente que asegure que los escombros sean dispuestos en lugares autorizados y los botaderos clandestinos trabajan en silencio.
El cambio climático, contaminación y sobreexplotación de los recursos naturales afectan la salud y bienestar de la población alterando la naturaleza que nos sustenta. Estas problemáticas nos plantean la urgencia de desarrollar nuevas formas de hacer negocios con una mirada integral, que permita generar soluciones, haciéndose cargo del impacto socioambiental.