En los últimos años hemos visto cómo el sector energético en Chile ha cambiado en forma radical, diversificándose gracias a avances tecnológicos, innovación, políticas consensuadas e iniciativas empresariales. Las matrices solar y eólica aumentaron considerablemente, así como la electrificación rural y la implementación del gas, incorporándose otros energéticos como los pellets y las astillas.
Sin embargo, estos importantes avances en la matriz energética, no han logrado generar aún una reducción relevante en la contaminación a raíz de los combustibles que se consumen a nivel residencial. Actualmente la mayoría de los hogares del sur del país utilizan leña para calefacción y agua caliente de cocina o sanitaria.
Aunque la leña es en general un combustible de bajo costo monetario, impone enormes costos para la comunidad al ser la causa de un 85% de las emisiones de material particulado en el aire. Junto a este problema, las consecuencias asociadas al uso intensivo de la leña para calefacción se resumen principalmente en la degradación y pérdida de bosques por la informalidad del mercado de la leña y un fuerte impacto sobre el cambio climático. Serán necesarias políticas públicas adecuadas que integren un uso responsable de la leña y otros biocombustibles, mejoras en aislación térmica, educación ambiental y que a su vez promuevan la diversificación de la matriz de calefacción residencial, validando energías limpias seguras y eficientes.
La Estrategia de Transición Energética Residencial impulsada por el Ministerio de Energía apunta a resolver estas variadas problemáticas. Entre las medidas propuestas se encuentran el impulso a la creación de centros integrales de biomasa (lugares de producción de biocombustibles como pellets y astillas) y proyectos pilotos de energía distrital (central de distribución de agua caliente sanitaria y para calefacción para un conjunto de edificaciones). El correcto uso de energía renovable producida localmente, asegurando un manejo sustentable de los bosques mediante un modelo de ordenación forestal, permitirá producir energía limpia a costos relativamente bajos, establecer un modelo de negocios integrado y generación de empleos al mismo tiempo que reducir la contaminación atmosférica.
En Pucón existe una oferta de biomasa local que podría permitir la implementación de un centro de biomasa y la creación de puntos de energía distrital para proveer de energía renovable a sectores residenciales urbanos y peri urbanos, existentes y en planificación. Desde Fundación Sustenta Pucón creemos que en el mediano plazo Pucón podría convertirse en la primera comuna bioenergética de Chile, es decir, una comuna que se abastece de energías no fósiles generadas mediante procesos sustentables
Bernd Haller
Presidente Fundación Sustenta Pucón