Eso que siento tiene un nombre, eso que sientes tiene un nombre, se llama: #ecoansiedad. Un malestar psíquico que afecta a aquellos que están tomando conciencia y sienten una dolencia por no saber qué hacer. Un sufrimiento causado por el deterioro del planeta y la sobreexposición a informaciones catastróficas.
Se manifiesta como una preocupación y angustia constante al ser testigos de fenómenos extremos a nivel planetario y ver cómo el futuro de la Tierra y de la vida, como la conocemos hasta ahora, vive días de incertidumbre.
Pero la ecoansiedad no solo está relacionada con emociones difíciles como culpa, pena o desesperación, sino que también con acción, con una activación por parte de las personas para involucrarse en causas que permitan la protección del medio ambiente.
Ahora el desafío es ver cómo incorporamos la naturaleza en nuestra toma de decisiones cotidianas, considerar al medioambiente al momento de elegir. Hasta hace pocos años hablábamos del cambio climático como algo del futuro, algo que le iba a ocurrir a los osos polares, pero ahora lo estamos viviendo como una amenaza cercana.
¿Qué sientes cuando piensas en el medio ambiente? ¿Cómo trabajas con esas emociones?