Un sueño que comenzó hace dos años y el sábado pasado se hizo realidad. Las tejedoras mapuche han hecho historia, han logrado el telar más largo del mundo: un tejido que llama a la paz.
A través del arte se construyen diálogos y las mujeres del pueblo mapuche además tejen memoria. El arte y trabajo del tejido a telar es una de las tradiciones culturales más antiguas. Han pasado los años y aunque el oficio se ha ido perdiendo, quedan mujeres tejedoras que desarrollan el arte de sus ancestros y que están ya pulsando por enseñarlo a más personas.
Tras este logro, el nuevo sueño es lograr levantar la “Escuela de Ngüren”, y que el tejido a telar mapuche se reconozca como un oficio.
Felicitamos a las tejedoras por su récord, pero por sobre todo por su fuerza, su constancia, su determinación. Por el amor puesto en el oficio y lo inspirador de su labor: el tejer paz y dialogo de la mano de la difusión de su cultura.