Si le hacemos caso a la ciencia, Chile debería declarar ya la emergencia climática para que las medidas de excepción que se tomen sean en democracia, fruto de un amplio consenso entre la ciudadanía y la élite que nos gobierna. Esta declaración nos debería preparar como país para afrontar eventos que requieren una adaptación profunda. Lo importante es que aún estamos a tiempo de impulsar y formar amplios acuerdos democráticos